domingo, 22 de abril de 2018

22 de abril, Día Internacional de la Madre Tierra

Este domingo se celebra el Día de la Madre Tierra, un día para recordar que el planeta y sus ecosistemas nos dan sustento y un día para concienciar sobre la necesidad que tenemos de cuidar nuestro planeta, nuestra casa común. El cambio climático, la contaminación, los plásticos son algunas de las amenazas que enfrenta esta casa; el Acuerdo de París, los Objetivos de Desarrollo Sostenible o la campaña de los mares limpios, son ejemplos de los cuidados que la ONU ofrece para frenar esas amenazas.


«Madre Tierra» es una expresión común utilizada para referirse al planeta Tierra en diversos países y regiones, lo que demuestra la interdependencia existente entre los seres humanos, las demás especies vivas y el planeta que todos habitamos.

La Tierra y sus ecosistemas son nuestro hogar. Para alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras, es necesario promover la armonía con la naturaleza y el planeta.

Celebramos el Día Internacional de la Madre Tierra para recordar que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida y el sustento. Con este día, asumimos, además, la responsabilidad colectiva, como nos recordaba la Declaración de Río de 1992, de fomentar esta armonía con la naturaleza y la Madre Tierra.

Este día nos brinda también la oportunidad de concienciar a todos los habitantes del planeta acerca de los problemas que afectan a la Tierra y a las diferentes formas de vida que en él se desarrollan.

Este año, se celebra el octavo Diálogo sobre armonía con la naturaleza, el día 23 de abril en la Sede de la ONU de Nueva York. Este diálogo interactivo es una buena plataforma para tratar temas como la producción sostenible y los patrones de consumo en la Armonía con la naturaleza. Asimismo, el diálogo quiere fomentar que los ciudadanos y las sociedades se conciencien sobre cómo se relacionan y cómo pueden relacionarse con el mundo natural; al mismo tiempo, pretende mejorar los cimientos éticos de la relación entre la humanidad y la Tierra, en términos de desarrollo sostenible.