lunes, 23 de abril de 2018

¿Puede ayudarnos la naturaleza a mejorar la gestión del agua?

Alrededor de 3600 millones de personas habitan actualmente en zonas que pueden sufrir la carencia de agua al menos un mes al año. Para el 2050, la población afectada podría situarse entre los 4800 y 5700 millones de personas, según la ONU.

La contaminación del agua en los ríos de África, Asia y América Latina ha empeorado desde los años noventa y se cree que seguirá haciéndolo en las próximas décadas, poniendo en riesgo el medio ambiente, la salud y el desarrollo sostenible. 

Una de las opciones que proponen las Naciones Unidas son las llamadas soluciones basadas en la naturaleza , que usan o imitan procesos naturales para la gestión del agua. Tales soluciones comportan mejoras en el suministro y la calidad y, a su vez, ayudan a reducir el impacto de los desastres naturales.

Distintos tipos de soluciones

Una solución basada en la naturaleza puede efectuarse a través de la conservación o mejora de los ecosistemas naturales o mediante la creación de procesos naturales en un hábitat modificado o artificial. De esta forma, se puede asegurar la disponibilidad y calidad del agua.

Los diferentes tipos de soluciones van desde la escala personal, el uso de los llamados inodoros secos, hasta una escala macro, como las aplicaciones a nivel de paisaje o las adecuadas para entornos rurales y urbanos, como los usos de muros verdes o los jardines en las azoteas.

Un claro ejemplo de de este tipo de soluciones tuvo lugar el año 1986 cuando el Estado de Rajasthan, en la India, sufrió una grave sequía. El trabajo conjunto de una ONG y las comunidades locales durante los años siguientes logró establecer estructuras de captación de agua y regeneración de los suelos y los bosques de la región. Esta situación condujo a un aumento del 30 % de la cubierta forestal, el aumento del nivel de las aguas subterráneas varios metros y la mejora de la productividad de las tierras de cultivo.

Todas estas medidas son un ejemplo de buenas prácticas recomendadas en el último informe de las Naciones Unidas, Soluciones Basadas en la Naturaleza para la Gestión del Agua que se presentó en la ciudad de Brasilia, en Brasil, durante el marco del VIII Foro Mundial del Agua.

El documento identifica al agua no como un elemento aislado, sino como parte de un complejo proceso natural que implica la evaporación, la precipitación y la absorción del agua a través de los suelos.

Debe reconocerse el papel vital que desempeñan los humedales en la economía y el medio ambiente para evitar una mayor degradación y pérdidas.

La importancia de orientarse en la “ingeniería medioambiental”

"Durante demasiado tiempo, el mundo ha recurrido en primer lugar a la infraestructura construida por el hombre, lo que se conoce como la infraestructura gris, para mejorar la gestión del agua. Al hacerlo, a menudo ha dejado de lado los conocimientos tradicionales e indígenas que adoptan enfoques más ecológicos”, destaca Gilbert Houngbo presidente de ONU-Agua y director general del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).

El informe destaca que la infraestructura denominada verde, a diferencia de la gris, se centra en la preservación de las funciones de los ecosistemas, tanto naturales como artificiales, y de la ingeniería ambiental, más que en la ingeniería civil para mejorar la gestión de los recursos hídricos.

Se estima que la producción agrícola podría aumentar casi un 20 % a nivel mundial utilizando prácticas más ecológicas de gestión del agua.

Por ejemplo, en un contexto urbano, China cuenta con un proyecto llamado “Ciudades esponja cuyo objetivo es reciclar 70 % del agua de lluvia mediante suelos más absorbentes y dispositivos de recolección, almacenamiento y purificación de agua, junto a la rehabilitación de las zonas húmedas aledañas. El país contará con dieciséis “ciudades esponja” piloto para el año 2020.
Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Las soluciones basadas en la naturaleza pueden llegar ser productivas y aportar beneficios ambientales, sociales y económicos, destacó Houngbo.

El estudio destaca su potencial capacidad para lograr la mayoría de las metas del Objetivo número seis de la Agenda 2030, que busca asegurar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para toda la población mundial.

Asimismo, su posible impacto puede verse reflejado en otros Objetivos, como el número 2, sobre la seguridad hídrica en apoyo de la agricultura sostenible, el 3, sobre una vida saludable, el 9, referente a la construcción de unas infraestructuras resilientes relacionadas con el agua, y el 11, que versa sobre la reducción del riesgo de desastres.

Pese a todas las ventajas que comportan, y al rápido aumento de las inversiones en estas soluciones, los hallazgos detallados en el estudio sugieren que el gasto continúa “muy por debajo del 1 % de la inversión total en infraestructura de gestión de los recursos hídricos”.
Prevención de riesgos de desastres
  • Las Naciones Unidas calculan que alrededor de un 30 % de la población habita en zonas que sufren inundaciones y sequías de forma habitual.
  • Ante esta problemática, el informe indica que una combinación efectiva de infraestructuras verdes y grises se puede lograr una disminución de los costes y perfeccionar la reducción general de riesgos.
  • Datos adicionales del informe
  • Se prevé que el número de personas en riesgo debido a las inundaciones pase de los 1200 millones actuales a alrededor de 1600 millones en 2050, aproximadamente el 20 % de la población mundial.
  • Desde el año 1900 se estima que se ha perdido entre el 64 % y el 71 % de la superficie mundial de humedales naturales debido a la actividad humana.
  • Las soluciones basadas en la naturaleza requieren a menudo la cooperación entre múltiples instituciones y partes interesadas, algo que puede resultar difícil de realizar.
  • Además, pueden mejorar la seguridad general del agua al mejorar la disponibilidad y calidad de la misma, así como generar beneficios colaterales sociales, económicos y ambientales adicionales.
  • La combinación de las citadas soluciones para paliar la sequía es esencialmente la misma que para la disponibilidad de agua, y apunta a mejorar la capacidad de almacenar agua en los paisajes, incluyendo los suelos y las aguas subterráneas, para amortiguar los períodos de extrema escasez.
  • El potencial de almacenamiento natural de agua, particularmente en los acuíferos del subsuelo, para reducir el riesgo de desastres está lejos de haber sido alcanzado.