OSLO/FRÁNCFORT(Reuters) - Oslo, Londres y Ámsterdam lideran los intentos de las grandes ciudades por eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte, con la ayuda de nuevas tecnologías que contribuirán a limitar el cambio climático y reducir la contaminación del aire, según mostró un estudio el martes.
Las ciudades europeas ocupaban ocho de los diez primeros puestos, junto con Tokio y Seúl, en una clasificación de un total de 35 ciudades elaborada por el instituto londinense Centre for Economics and Business Research (CEBR) en colaboración con Qualcomm.
"Oslo será la primera ciudad del mundo con una solución de cero emisiones en el transporte", según el informe del CEBR, que mide tanto las políticas existentes y los planes para promover un transporte más verde con todo tipo de iniciativas, desde coches eléctricos a bicicletas.
El metro de la capital noruega, el tranvía y los autobuses ya funcionan en gran parte con energía hidroeléctrica y Noruega tiene el porcentaje más alto de coches eléctricos, más que ninguna otra nación. El Ayuntamiento de Oslo también planea importantes restricciones a los coches en el centro de la ciudad.
El estudio dijo que Londres, la segunda ciudad mejor posicionada, "podría no parecer un ejemplo de ciudad verde para todos sus residentes", pero apuesta en gran parte por el transporte público en lugar de los coches, y sus ciudadanos están entre los más eficientes energéticamente del mundo.
"Injustamente se considera, por alguna razón, que Londres es una ciudad llena de contaminación, oscura", dijo la economista del CEBR Nina Skero a Reuters.
Londres también quiere reducir para 2025 las emisiones de efecto invernadero en un 60 por ciento respecto de los niveles de 1990 y ha promovido el uso de coches eléctricos y los sistemas de bicicletas compartidas, dijo.
Ámsterdam, en tercer lugar, ha hecho más que casi cualquier otra ciudad para promover el ciclismo y reducir las emisiones, dijo. El estudio del CEBR incluía la contaminación del aire como uno de 20 factores. Entre los demás están las emisiones de carbono en las ciudades, los niveles de congestión en el tráfico y las inversiones públicas en infraestructuras. Reuters