París, 17 ene (EFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, renunció hoy a la construcción del polémico aeropuerto de Notre-Dame-des-Landes, cerca de Nantes, en el noroeste del país, que había enfrentado a los ecologistas con los políticos locales, que lo consideraban importante para el desarrollo regional.
El primer ministro, Edouard Philippe, fue el encargado de anunciar la decisión, que calificó de "excepcional" y que justificó por la división entre la población que generaba esta infraestructura paralizada durante casi medio siglo de discordias.
Se trata de una medida de alto contenido simbólico, puesto que supone la primera renuncia de Macron a uno de sus compromisos de campaña, durante la cual se había comprometido a respetar el resultado de un referéndum celebrado en 2016 en el que el 55 % de los habitantes de la zona se manifestaron a favor de la obra.
Nada más llegar al Elíseo y tras la nominación como ministro de Medio Ambiente del ecologista Nicolas Hulot, ferviente opositor al aeropuerto, Macron encargó un informe a tres mediadores, que dejaron la puerta abierta a otras alternativas, tales como la reforma profunda del actual aeropuerto de Nantes.
El jefe del Gobierno aseguró que el Ejecutivo ha optado por abandonar el proyecto de forma definitiva, devolver las tierras expropiadas a los agricultores y ordenar el desalojo, por la fuerza si fuera necesario, de los opositores que ocupan el lugar desde hace años.
A cambio, Philippe aseguró que agrandarán el actual aeropuerto de Nantes con soluciones que reduzcan las molestias sonoras que provocan en la ciudad, al tiempo que mejorarán los enlaces ferroviarios entre la región y los aeropuertos de París, para que los habitantes tenga cerca conexiones internacionales.
El primer ministro señaló que, a diferencia de lo que sucedía hace décadas, las prioridades del sector aeronáutico en la actualidad no priorizan los vuelos a aeropuertos regionales y apuestan más por concentrar las grandes conexiones internacionales en grandes ciudades.
En ese contexto, señaló, el proyecto de Notre-Dame-des-Landes, pensado originalmente para convertirse en el tercer aeropuerto de Francia, por detrás de los dos de París, no es viable.
La decisión fue bien acogida por los ecologistas y por los militantes que ocupan las tierras en las que iba a ser construido el aeropuerto, unos 300.
Sin embargo, provocaron una gran cólera entre buena parte de los dirigentes regionales, así como de la oposición conservadora, que consideró que Macron cede ante la presión de los ecologistas radicales.
Philippe negó esas acusaciones y aseguró que el Estado seguirá construyendo infraestructuras, aunque reconoció que lo hará cuando haya consenso entre la población. Macron