Moscú, 19 Dic.- A pesar de la baja conciencia que existe sobre el problema de la basura proveniente del plástico, la sociedad rusa comienza a enfrentar el asunto y poco a poco da los primeros pasos para resolverlo.
Se trata de una situación relativamente nueva, pues el uso generalizado de bolsas de plástico comenzó en la década de los años 90 del siglo pasado, cuando desapareció la Unión Soviética y Rusia quedó como su heredera.
Antes de esa época esos artículos tan comunes en Ocidente eran una rareza en la Unión Soviética, donde las bolsas de plástico eran guardadas como recuerdo y para situaciones de emergencia.
Por ello, pedir a los rusos que las reutilicen es como regresar al pasado, señala Boris Akimov, fundador de la dulcería orgánica LavkaLavka.
El cambio ha sido lento, como lo muestra que el año pasado la rama rusa de Greenpeace pidiera a 20 empresas al menudeo que se sumaran a una campaña para reducir el uso de estas bolsas, pero solo cuatro aceptaron, señala un reporte del Moscow Times.
Han sido los propios consumidores quienes se han movilizado en este campo. Se trata de una minoría, pero muy activa, dice Andrei Golubkov, vocero de la cadena de tienda de abarrtes Azbuka Vkusa.
Esta cadena comenzó el pasado octubre a cobrar 70 centavos de dólar -cinco rublos- por cada bolsa que da a sus clientes, lo que de acuerdo a sus estimaciones, ha significado una baja en el empleo de estos artículos.
En noviembre dio un paso más y cambió ese tipo de bolsas por contenedores reusables y ofreció un descuesto a sus clientes que los prefirieran. El objetivo es lograr que las bolsas de plástico dejen de usarse en esta cadena para 2021.
Ahora se analiza la introducción de empaques biodegradables, pero el gran problema es que en Rusia no existe la infraestructura para procesar basura biodegradable.
Sin embargo, pese a los problema las tiendas “cero basura” se extienen por todo el país, con experiencias como que los compradores lleven sus propios empaques. -NTX