miércoles, 10 de julio de 2019

ONU: Seis cosas que hay saber sobre el cumplimiento de la Agenda 2030

La lucha contra la pobreza y la degradación medioambiental no es suficientemente ambiciosa. Pese a la riqueza de las acciones desplegadas para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, las personas más vulnerables continúan siendo las que más sufren. Explicamos las seis conclusiones más importantes del último informe sobre el estado actual de la Agenda 2030.

La respuesta mundial para erradicar la pobreza y proteger el medio ambiente plasmada, en la Agenda 2030, “no es suficientemente ambiciosa”, asegura el Secretario General en su informe anual sobre el estado del cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, presentado este martes.

Cuatro años después de su adopción, el reporte señala que el plan aprobado por los líderes mundiales para crear un planeta más justo y saludable presenta avances en algunas áreas, como la reducción de la pobreza extrema, la inmunización generalizada, la disminución de las tasas de mortalidad infantil y el aumento del acceso de las personas a electricidad, pero advierte que esos avances son demasiado lentos y muchas personas y países vulnerables se están quedando marginadas. Además, estamos perdiendo la carrera contra el reloj en la contención del cambio climático que pone en peligro cualquier logro.

Se necesita una respuesta mucho más profunda, más rápida y más ambiciosa.

"Es bastante claro que se necesita una respuesta mucho más profunda, más rápida y más ambiciosa para desencadenar la transformación social y económica necesaria para alcanzar nuestros objetivos para 2030", declara António Guterres.

El informe, que examina los avances o retrocesos de los 193 países que integran las Naciones Unidas, muestra una visión global. Sin embargo, aunque muchas tendencias que se observan son comunes a todas las regiones, hay también diferencias significativas entre unas y otras.

Estas son las seis cosas que hay que saber sobre el estado del cumplimiento de algunos de los Objetivos clave.


António Guterres describe en el informe un panorama sombrío para frenar la “amenaza existencial” que enfrenta la humanidad. Con el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, el calentamiento global está avanzando a un ritmo más rápido que el anticipado y “sus efectos son claramente percibidos a lo largo y ancho del mundo”.

La meta recogida en la Agenda 2030 acordada por los líderes mundiales es mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC y si posible en 1,5ºC. El aumento promedio mundial es ya de 1ºC por encima de los niveles preindustriales, pero si no se hace lo suficiente, la temperatura continuará creciendo de forma insostenible y puede exceder los 3ºC a finales de siglo.

Si bien hay pasos positivos en relación a los países que desarrollan planes de amortiguación y mitigación, así como al aumento en la cantidad de dinero disponible para financiarlos, Guterres dijo que se necesitan planes “mucho más ambiciosos con medidas más inmediatas”.


La pobreza extrema, una condición caracterizada por la privación severa de las necesidades humanas básicas, continúa disminuyendo, pero esa disminución se ha desacelerado de tal manera que el mundo no está en camino de alcanzar la meta de reducir para 2030 a menos del 3% el número de personas en el mundo que se encuentran en esta situación.

Según las estimaciones actuales, es más probable que el porcentaje este alrededor del 6%, aproximadamente 420 millones de personas, una tendencia de "grave preocupación", según el titular de la ONU.

Las guerras y los desastres naturales son una de las causas de esta desaceleración. En la región de Oriente Medio, la pobreza estaba por del bajo del 3%. Sin embargo, el conflicto en Siria y en Yemen han elevado la pobreza en la región y han dejado a muchas personas con hambre y sin hogar. También ha aumentado en América Latina.

Hablando en términos históricos, hay razones para el optimismo. La proporción de población en el mundo que vive en la miseria ha bajado hasta el 10% en 2015, frente al 16% en 2010 y el 36% en 1990. Hay que recordar que el derecho a un nivel de vida adecuado es un derecho humano.

3. Hambre

El hambre en el mundo está lamentablemente al alzade nuevo. Se calcula que 821 millones de personas estaban desnutridas en 2017, frente a los 784 millones que sufrían esa condición en 2015. Es decir, una de cada nueve personas no tiene suficiente que comer.

África permanece como el continente con la mayor prevalencia de desnutrición, con unos 256 millones de personas afectadas o un quinto de la población global del planeta.

La inversión pública en la agricultura está en declive, una tendencia mundial. El Secretario General ha declarado que esta tendencia debe revertirse: “Los productores de alimentos a pequeña escala y las familias campesinas necesitan con urgencia mucho más apoyo y una inversión en infraestructura y tecnología para crear una agricultura sostenible”.

El mundo en desarrollo se encuentra afectado de manera severa por esta ausencia de inversión. La cuota de participación de los productores de alimentos a pequeña escala en los países de África, Asia y América Latina varía entre el 40% y el 85% frente al 10% por ejemplo en Europa.
4. Salud

Se han logrado importantes avances en la mejora de la salud de millones de personas al haber aumentado la esperanza de vida, reducirse la mortalidad materna e infantil y mejorar la lucha contra las enfermedades contagiosas más peligrosas. A pesar de esas mejoras, se estima que 303.000 mujeres en todo el mundo murieron debido a complicaciones del embarazo y el parto en 2015, la mayoría en el África subsahariana.

Sin embargo, los avances se han estancado o no está sucediendo lo suficientemente rápido para abordar otras enfermedades importantes, como la malaria y la tuberculosis. Además, al menos la mitad de la población mundial, es decir, unos 3500 millones de personas, no tiene acceso a servicios de salud esenciales.

"Se requieren esfuerzos concertados para lograr la cobertura universal de salud y su financiación, así como para hacer frente a la creciente carga de enfermedades no transmisibles, incluida la salud mental", explica el titular de la ONU.


Persiste la violencia de género. En todo el mundo, alrededor de una quinta parte de las mujeres de 15 a 49 años sufrieron algún tipo de violencia física o sexual en los últimos 12 meses. La prevalencia es más alta en los 47 países más pobres del mundo, un grupo al que las Naciones Unidas denominan Países Menos Desarrollados.

Si bien algunos indicadores de igualdad de género están mejorando, como el de la disminución significativa de la prevalencia de la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil, las cifras genéricas sobre la desigualdad entre el hombre y la mujer continúan siendo muy altas.

Por otra parte, el avance es insuficiente en temas estructurales que atacan las raíces de la desigualdad de género, tales como la discriminación a través de normas legales, los usos y costumbres socialmente injustos y la imposibilidad u obstaculización a la mujer en la toma de decisiones en temas que tienen que ver con la salud sexual y reproductiva.

Además, siguen siendo bajos los niveles de participación política, científica, cultural y tecnológica de las mujeres. Todo ello, está socavando los esfuerzos para alcanzar objetivos de la Agenda 2030 relativos a este capítulo.

"Simplemente no hay manera que podamos alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo sin lograr la igualdad de género y empoderar a las mujeres y las niñas", asegura Guterres en el informe.

6. Empleo

Los expertos coinciden en que un crecimiento económico que incluya a todos los sectores de la sociedad y sea sostenible puede impulsar el progreso y generar los medios para alcanzar la Agenda 2030.

A nivel mundial, la productividad laboral ha aumentado y el desempleo ha vuelto a los niveles vistos antes de la crisis financiera de 2008. Sin embargo, la economía mundial está creciendo a un ritmo más lento y los jóvenes tienen tres veces más probabilidades de estar desempleados que los adultos.

Por ese motivo, el titular de la ONU sostiene que se necesita un mayor esfuerzo para aumentar las oportunidades de trabajo, especialmente para los jóvenes, reducir el empleo informal y la brecha salarial de género, y promover entornos de trabajo seguros para crear trabajo decente para todos".


Al presentar el informe, Liu Zhenmin, secretario general adjunto para Asuntos Económicos y Sociales, destacó del informe la necesidad de una actuación internacional para atajar estos problemas mundiales. Noticias ONU