BANGKOK (Reuters) - En su descanso para la comida, la empleada de oficina en Bangkok, Chinapa Payakha, sale de una tienda 7-Eleven con dos bolsas de plástico.
Una tiene un refresco Big Gulp. La otra lleva su almuerzo, con un plátano en su propia envoltura de plástico.
“Para la vida de la oficina, las bolsas de plástico son necesarias”, dijo Chinapa, de 34 años, cuyos hábitos de compra representan los desafíos a los que se enfrentan los activistas anti-plásticos en Tailandia, donde se reparten bolsas en abundancia en cualquier tienda o mercado. (Foto: Bangkok)
Mientras se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente el martes y las Naciones Unidas hace un llamamiento a la “mayor limpieza mundial” de la contaminación plástica, los expertos se concentran en el sudeste asiático, hogar de cuatro de los primeros países contaminantes marinos del mundo.
Desde las ciudades más importantes como Bangkok y Yakarta hasta los centros turísticos playeros en Filipinas y Vietnam, las bolsas y botellas de plástico son la cara omnipresente de la contaminación en la región.
A nivel mundial, unos ocho millones de toneladas de plástico se arrojan al océano cada año, matando la vida marina e introduciéndose en la cadena alimenticia humana, según el Programa de Medio Ambiente de la ONU.
Cinco países asiáticos -China, Indonesia, Filipinas, Vietnam y Tailandia- produjeron hasta el 60 por ciento de los residuos plásticos que se filtran al mar, según un informe de 2015 de la organización medioambiental Ocean Conservancy y el Centro McKinsey para Empresas y Medio Ambiente.
Las cinco economías han “generado una demanda explosiva de productos de consumo”, dijo el informe, pero carecen de la infraestructura necesaria de gestión de residuos para hacer frente al aumento de la basura plástica.
Tres años después, una “emergencia de basura” en la isla indonesa de Bali y la decisión de Filipinas de cerrar la turística isla de Boracay mostraron que los gobiernos están reconociendo el impacto que tienen los desechos de plástico, dijo Susan Ruffo, directora administrativa de Ocean Conservancy para iniciativas internacionales.
“Pero esto no es solo una responsabilidad del gobierno, las empresas, la sociedad civil y los ciudadanos tienen un papel que jugar”, dijo, y añadió que estaba mejorando el nivel de compromiso. La "adicción" al plástico del sudeste asiático destroza los océanos