
La contaminación ambiental y la lluvia ácida están erosionando los mármoles, mientras que fenómenos climáticos extremos como las sequías o las lluvias torrenciales han hecho que los vetustos muros y templos desarrollen problemas estructurales.
Aunque la colina de la Acrópolis, donde está situada el Partenón, es probablemente el sitio arqueológico mejor preservado del país heleno, hay indicios de que el cambio climático está afectando cada vez más a los monumentos que hay en la colina.