Berlín, 30 mar (EFE).- La fragmentación de las selvas tropicales eleva en un tercio adicional las emisiones globales de gases de efecto invernadero, revela un nuevo estudio del Centro Helmholtz para la Investigación del Medio ambiente (UFZ) en colaboración con la Universidad de Maryland.
"Sabemos desde hace tiempo que no sólo la completa desaparición de selvas tropicales pueden agudizar el cambio climático", pues ya la simple fragmentación de una amplia zona boscosa en varias pequeñas modifica el balance de carbono, señaló Andreas Huth, del UFZ, en un comunicado que difunde hoy el centro alemán y publica la revista especializada Nature Communications.
Un equipo científico liderado por Huth y Rico Fischer estudió este efecto investigado ya por científicos estadounidenses a finales de los años noventa del siglo pasado cerca de la ciudad brasileña de Manaus y se ha centrado en cuantificar el número de zonas boscosas fragmentadas y calcular las emisiones de carbono que generan.
Los anteriores estudios habían revelado que la esperanza de vida de los árboles en la zona analizada dependía de manera decisiva de su ubicación: mientras en el interior del bosque no manipulado por el hombre morían al año alrededor del 2 % del total de ejemplares, en el borde la cifra se duplicaba.
Eso se explica, porque los árboles en el borde están expuestos a un microclima menos óptimo al recibir radiación solar directa, estar expuestos a mayores velocidades del viento y a una menor humedad, lo que hace que estas zonas del bosque se sequen con mayor facilidad.
Estas zonas emiten mayores cantidades de carbono en forma de dióxido de carbono que el interior, porque los microorganismos producen una considerable cantidad de CO2 en la descomposición del bosque muerto y además quedan menos árboles que en su proceso de crecimiento absorban los gases de efecto invernadero para fijar carbono en sus hojas, troncos y raíces.
Para cuantificar la cantidad de carbono liberado en estos bordes del bosque, el equipo de científicos desarrolló un programa informático y calculó el número de fragmentos existentes de selvas tropicales en un total de 50 millones.
Con este programa, los expertos determinaron que la longitud total de las lindes de las selvas tropicales suman casi 50 millones de kilómetros, el equivalente aproximadamente a un tercio de la distancia entre la Tierra y el Sol.
Si con la deforestación de los bosques tropicales se estima que cada año se liberan mil millones de toneladas -una gigatonelada- de carbono, que disparan la temperatura global en forma de gases de efecto invernadero, los científicos determinaron que estos casi 50 millones de kilómetros de bordes boscosos emiten alrededor de 0,34 gigatoneladas adicionales, es decir, un tercio más.
"Por lo tanto, la fragmentación desempeña un papel muy importante en el ciclo de carbono global", resumió Huth, quien lamentó que "aún así, este efecto, hasta el momento, no se haya tenido en cuenta en los informes del IPCC", el Panel intergubernamental de expertos del Cambio Climático de la ONU.
El UFZ recuerda en su comunicado que los bosques tropicales contienen la mitad del carbono acumulado en toda la vegetación de la Tierra, por lo que su deforestación tiene consecuencias fatales. EFE