Firma del Acuerdo de París (2015) |
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido retirar a su país del acuerdo sobre el cambio climático, que tan trabajosamente fue alcanzado en la Conferencia de París (COP21) en diciembre de 2015. Teniendo en cuenta que Estados Unidos es el segundo país más contaminante del mundo, tras China, la repercusión que puede tener esta retirada en la lucha contra el calentamiento global es enorme. Siendo importante la ausencia de Estados Unidos, otros países pueden seguir su ejemplo, lo que podría agravar el problema. Hasta ahora solo Siria y Nicaragua se han retirado también del pacto.
Pero aún no es el momento de tirar la toalla. China, el país más contaminante del mundo, sigue en el acuerdo. La UE, tercer contaminante, también. Ambas potencias lo han ratificado en las reuniones mantenidas todo este jueves 1 de junio, en Berlín y Bruselas. El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y el del Consejo Europeo, Donald Tusk han dicho que "Europa defiende el planeta primero", una forma de contestar el clásico y sempiterno eslogan de Trum: "American First" (América, lo primero). Muchos líderes internacionales le pidieron a Trump este jueves que no abandonara el pacto, por el bien del planeta, pero sus reclamos no han llegado a buen puerto.
Parece que las principales potencias tienen la intención de seguir adelante. Como ha dicho el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, si Estados Unidos decide dejar el pacto climático, habrá que "llenar su vacío".
Qué es el Acuerdo de París
El Acuerdo de París fue alcanzado en diciembre de 2015, fue firmado el 22 de abril de 2016 en Nueva York y entró en vigor el 4 de noviembre. Entre los firmantes se encontraban 55 países responsables de al menos el 55% de las emisiones mundiales. En total lo han firmado 175 países.
El Acuerdo de París fijó sus objetivos a partir del año 2020, año en que finaliza el Protocolo de Kioto. Se trata de un acuerdo histórico y consiste en un plan de acción mundial vinculante cuyo objetivo principal es mantener un aumento de la temperatura controlado y “muy por debajo” de 2ºC con respecto a niveles preindustriales, e incluso haciendo el esfuerzo de reducir ese incremento a 1,5 grados.
Pero además, limita el total de gases con efecto invernadero emitidos por la actividad humana al mismo nivel que `puedan absorbser los bosques, suelos y oceanos de forma natural, un intento cuyo inicio debe fijarse en algún punto entre 2050 y 2100.
Los compromisos adoptados de forma voluntaria por cada país deben ser revisados cada cinco años, por si es posible ampliar los objetivos-
Por último, los países más desarrollados se comprometen a dotar a los más pobres de una especie de "finanza climática", con el fin de ayudarles a conseguir sus objetivos.
Estados Unidos emite el 15 por ciento de las emisiones, En 2015 generó casi 6 millones de kilotoneladas. Pero el problema es que, al retirarse del pacto, se pierde también una significativa fuente financiera y tecnológica de ayuda a los países más pobres.
Por su parte, la UE subrayó el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel nacional en sus Estados miembros, y el de aumentar el porcentaje de energías renovables y mejorar la eficiencia energética.
El trabajo de la UE para cumplir el acuerdo de París
La UE ratificó oficialmente el acuerdo el 5 de octubre de 2016, y este mismo mes, el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros adoptó medidas que incrementaron la financiación pública dedicada a la lucha contra el cambio climático a largo plazo. Uno de los objetivos planteados fue lograr 100.000 millones de dólares anuales.
El total de las contribuciones de la UE y sus Estados miembros ascendió a 17.600 millones de euros en 2015, una cifra mucho mayor que la de 2014.
La Comisión Europea presentó en julio de 2015 una propuesta legislativa para reducir las emisiones del efecto invernadero al menos un 40% en la totalidad de la región para 2030. Esta propuesta implica que los sectores comprendidos en el régimen de comercio de derechos de emisión (RCDE UE) reduzcan sus emisiones en un 43% respecto a 2015. Esto supondría una reducción de las emisores de estos sectores de unos 556 millones de toneladas, lo que equivale a las emisiones anuales del Reino Unido. ()
En julio de 2016, la Comisión presentó un paquete de medidas para acelerar la transición a una economía baja en carbono. Estas medidas se adoptarán a nivel nacional en transporte, edificios, agricultura, residuos y uso de la tierra y sectores forestales.
Estos sectores, en los que está incluido el transporte que no sea la aviación, representaron casi el 60 % de las emisiones totales de la Unión Europea (UE) en 2014. Los objetivos nacionales de reducción fueron desde el 0 % como en el caso de Bulgaria al 40 % como en el de Luxemburgo y Suecia, y, según señaló el comisario europeo de Energía y Acción por el Clima, Miguel Arias Cañete, "son realistas, justos y flexibles".
Tras el Acuerdo de París, la UE ha reafirmado su compromiso con la hoja de ruta que ya planteó en 2013, para que en 2050 las emisiones sean entre un 80% y un 95% menores, y conseguir así que los niveles totales sean los más bajos desde 1990.
En febrero de este año, el consejo de ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea alcanzó una posición común para reformar el sistema de comercio de emisiones de la Unión Europea (ETS) para el período 2021-2030, que da luz verde a la última fase de negociación con la Eurocámara y la Comisión Europea. Si esas tres instituciones comunitarias llegan a un acuerdo definitivo, se convertirá en el primer gran paquete legislativo para frenar el calentamiento global adoptado por la UE desde la firma en diciembre de 2015 del Acuerdo de París, que compromete a la Unión a una rebaja del 43 % de las emisiones sujetas al ETS en relación con el año 2005.
Instituciones económicas comunitarias, como el Banco Europeo de Inversiones (BEI), también han lanzado medidas de financiación de proyectos que cumplen los objetivos del Acuerdo de París en una conferencia entre representantes regionales y municipales de la Unión Europea el pasado 25 de abril en Bruselas. El representante del BEI, Isidoro Tapia, se comprometió a destinar una cuarta parte de su volumen total de financiación a proyectos de acción climática, un porcentaje que se eleva al 35% en el caso de los países en desarrollo hasta el año 2020.
En España, el Gobierno debe fijar antes de finales de año un objetivo de generación renovable y otro de eficiencia energética para 2030. Ese plan debe ir orientado a la consecución de tres objetivos para cumplir lo comprometido con el Acuerdo de París en materia energética, una meta de reducción de emisiones que ha venido dada por Europa, y otras dos de generación renovable y de eficiencia energética que debe fijar el Gobierno, y que su jefa de Cambio Climático ha indicado que aún no están definidas. euroefe