WASHINGTON (AP) -- La demanda del más sucio de los combustibles fósiles se está desplomando a nivel mundial, según datos de la industria publicados el martes, aun cuando el presidente Donald Trump ha hecho de la reactivación de las minas de carbón de Estados Unidos la base de la política energética de su gobierno.
Los datos proporcionados por World Energy muestran que la producción de carbón mineral cayó más de 6% el año pasado. Ese es el descenso más grande en la historia de la Revisión Estadística de BP, la cual ha emitido la compañía británica anualmente durante más de seis décadas.
Se trata del segundo año consecutivo en que la demanda de carbón ha disminuido. La producción de las minas de carbón de Estados Unidos se desplomó 19%; la producción en China cayó casi 8%.
En general, la proporción de consumo de carbón mineral para generación de energía a nivel global cayó a 28%, la más baja desde 2004.
Las cifras reflejan la tendencia de las naciones a evitar el carbón y preferir formas más baratas y limpias de generar electricidad: principalmente el gas natural, el viento y la energía solar.
Trump anunció a inicios de junio que retirará a Estados Unidos del acuerdo climático de París. El compromiso firmado por 195 países en 2015 tiene como objetivo disminuir las emisiones globales de gases de efecto invernadero con el propósito de evitar los peores efectos del calentamiento global, incluyendo tormentas más intensas, sequías catastróficas y ciudades afectadas por el aumento del nivel de los mares.
Mientras Trump se inclina por el carbón mineral, el resto del mundo parece dirigirse en la dirección contraria.
La energía renovable tuvo grandes avances, con un crecimiento de 14% en 2016. Más de la mitad del crecimiento se debió a nuevos aerogeneradores. China, donde el gobierno está invirtiendo cientos de miles de millones de dólares en programas de energía limpia, superó a Estados Unidos como el mayor productor de energía renovable del mundo.
Con el abandono del carbón mineral, el crecimiento en las emisiones de gases de efecto invernadero que provocan el calentamiento del planeta se ha mantenido prácticamente sin cambio, a pesar de que la demanda global de energía continúa aumentando. Las emisiones de dióxido de carbono por consumo de energía aumentaron sólo 0,1% en 2016. AP