Lisboa, 2 may (EFE).- El 21 % del consumo energético mundial en 2030 procederá de las renovables, aunque el progreso en la expansión de este tipo de energías sigue siendo complicado, pese a la inversión.
Es una de las conclusiones más destacadas del Informe sobre el Progreso Energético, elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y el Banco Mundial (BM), entre otros organismos internacionales, y presentado hoy en Lisboa.
En el documento se repasan los progresos realizados de cara a los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU para 2030 en materia de energía, en los que se establece como una de las metas el incremento "sustancial" de las renovables.
En 2010, el 16,7 % del consumo energético mundial era cubierto por renovables, porcentaje que aumentó hasta el 17,5 % en 2015.
Del total de 2015, el 9,6 % correspondió a energías renovables modernas (bioenergía, geotérmica, hidráulica, eólica y solar) y el resto de usos tradicionales de la biomasa.
El sector de la electricidad, que representa el 20 % del consumo final de energía, registró un "rápido progreso" en la expansión de las renovables gracias a la caída de los costes de la eólica y la solar, lo que permitió que las energías limpias alcanzaran el 22,8 % del total en 2015.
El 80 % restante procede de sectores con ratios de renovables "muy bajos", como los transportes, o que se han estancado, como los sistemas de calefacción.
En los últimos años, el progreso de las renovables supuso un desafío, especialmente en los países en desarrollo donde el consumo sigue creciendo rápidamente, según el documento, que agrega que pese a la fuerte inversión, "fue complicado para la expansión de las renovables mantener el ritmo del aumento de la demanda energética".
En términos positivos, el informe destaca el caso de China, que acumuló el 30 % del crecimiento total en renovables en 2015; de Reino Unido, cuyo crecimiento multiplicó por cinco la media global entre 2010 y 2015, y Brasil, donde el porcentaje de renovables sobre el total duplicó la media mundial.
En cuanto a la eficiencia, el texto apunta mejoras en el indicador de intensidad energética, que mide la energía necesaria para producir riqueza, y que se redujo a un ritmo del 2,2 % desde 2010.
Sin embargo, todavía está lejos de las metas de la ONU, ya que el informe estima que en 2030 se sitúe en el 2,4 %, inferior al 2,6 % que se recoge en los objetivos de desarrollo sostenible.
El documento destaca también atrasos en los otros dos objetivos para 2030, el acceso de toda la población a la electricidad y a las energías limpias para cocinar.
En el primer caso, prevé que en 2030 sólo el 92 % de la población tenga acceso a electricidad, aunque destaca el crecimiento de los sistemas solares domésticos, presentes en al menos 30 millones de hogares.
En cuanto a las energías limpias para cocinar, sólo el 73 % de la población tendrá acceso a ellas en 2030.
Actualmente, unos 3.000 millones de personas continúan cocinando con sistemas contaminantes, como la quema de madera o carbón, que provocan 4 millones de muertes prematuras anuales. EFE